10/7/13

Mulholland Drive - David Lynch

Que a mis 26 años esté descubriendo a todo un genio como es David Lynch, no es ninguna proeza. Lo sé. Aun así voy a ponerme pesado con el tema y a seguir hablando (desde mi más humilde ignorancia) de algunas de sus obras.

Ver Mulholland Drive puede ser curiosamente placentero. Los vendedores de psicotrópicos deberían advertirnos de no mezclarlos con ciertos productos audiovisuales.

Debo confesar que necesito verla una o dos veces más. Los constantes giros de guión y la maestría a la hora de hacer una película dentro de otra en modo matrioska, fascinan de tal forma que bien merece dedicarle otros 147 minutos de mi vida.

Naomi Watts en el papel de Betty
Nueva confesión: Después de haber visto esta obra, miro con otros ojos a Naomi Watts. Desde mi desconocimiento de la profesión de actor, es sublime la forma en que es capaz de llegar a registros extremos tan alejados en un mismo personaje sin que desentone con el contexto de contrastes al que nos acostumbra Lynch. Y no solo eso, en mi opinión, Watts es el engranaje de la película. Ya no es una rubia más. Una cara bonita. Yo le llamaría otro "efecto DiCaprio".

El incoherente y confuso final resulta delicioso cuando no quieres que la película se acabe.
Una vez más toca rendirnos ante este genio, arrodillarnos y alabarlo. A sus pies, Mr. Lynch.



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